Valle de Aosta: guía de viaje

Italia tiene su encanto personal, pero sus paisajes son muy variados a lo largo del país y, por eso, a la hora de ir de camping, una de las zonas que más instalaciones y facilidades tiene es el Valle de Aosta, situado en mitad de los Alpes, a ambos lados de la cuenca del Dora Baltea. Conocido por poseer las montañas más altas de Europa, los modernos teleféricos y sus pistas de esquí, y su increíble legado de torres y castillos edificados durante el Medievo, algunos de los cuales se siguen conservando estupendamente con mobiliario original de la época. Este valle es uno de esos lugares que deben ser visitados al menos una vez en la vida y para disfrutar de esta gratificante experiencia en familia hay algunos campings que nos abren sus puertas de par en par.

Lugares de acampada en el Valle de Aosta

Las instalaciones son tan dispares como los paisajes que podemos encontrar en este bonito lugar. Con una calificación más modesta o más profesional, cada uno de los campings donde podemos alojarnos nos ofrecen la posibilidad de pasar la estancia en algún bungalow de madera para instalarnos cómodamente con todos los servicios habituales: agua corriente, electricidad, iluminación nocturna, servicio de limpieza y vigilancia. Las familias pueden entretenerse jugando en las canchas de tenis, de fútbol y de volley, al futbolín, yendo a los recreativos infantiles, haciendo rafting, senderismo o refrescándose en la piscina. También existe la posibilidad de instalarse con caravana o autocaravana o pasar las noches en tienda de campaña. Sea como sea, la diversión está garantizada tanto para los amantes de los paisajes naturales como para los enamorados de los programas culturales.

¿Qué ver en el Valle de Aosta?

La historia de este lugar nos ha dejado un puñadito de castillos dignos de visitar, la mayoría de ellos todavía frescos como el Castillo de Sarre, el Castillo de Saint-Pierre, el Castillo Sarriod de La Tour, el Castillo de Fénis, el de Ussel, el de Verrès y el de Issogne. Junto con todas estas fortificaciones, no podemos dejar de admirar el legado arquitectónico medieval que nos ha dejado la ciudad romana de Aosta, fundada en el 25 a.C. En su centro histórico, podemos visitar edificios y monumentos antiquísimos como la Tour Fromage, la Puerta Praetoria, la iglesia de San Lorenzo, el Arco de Augusto, el Teatro Romano y la Torre del Lebbroso.